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Estamos, en este momento, ante una inesperada pandemia mundial que afecta todos los eslabones de la sociedad y, a su vez, requiere de nuestras innovaciones creativas, pero seguras, para que sigamos hacia adelante. Ejemplo de ello es lo que sucede hoy en el mercado de la carne bovina kosher.
Por el momento, según me comentan mis fuentes cercanas en Israel, no estamos ante una crisis extraordinaria ni mucho menos una escasez preocupante de carne kosher en ese país. Sin embargo, sí, estamos ante dificultades para que las plantas frigoríficas que exportan a Israel logren tener la mano de obra especial para producir bajo el rito kosher.
Esta dificultad afecta las plantas recientemente habilitadas para arrancar con sus primeras exportaciones a Israel.
Una de estas empresas frigoríficas es la brasileña Frigol, el cuarto principal grupo exportador de carne bovina en el país, que tiene cuatro plantas frigoríficas en los estados de São Paulo, Goiás y Pará.
Una de las dos unidades de Pará está en la ciudad de São Félix do Xingu. En esta planta, me desempeñé como consultor principal en el proyecto de adecuación para la producción de carne kosher. Además, me hice responsable por determinar y acompañar tales actualizaciones que incluyen la implementación obligatoria de cajones rotativos, saladero de cuartos delanteros y menudencias, salas de desposte y gestiones para la obtención de permisos y certificación rabínica.
La planta, que se dedica a la producción de una amplia gama de cortes de carne bovina, hoy cumple con todas las normas israelíes de importación y leyes religiosas kosher; pero, el último detalle es la inspección final de los rabinos oficiales del Superior Rabinato de Israel, quienes otorgarán en permiso formal.
Ante toda la problemática de aeropuertos cerrados y la imposibilidad de empezar a producir carne kosher, surgió un movimiento liderado por las habilitadas plantas frigoríficas de Brasil y Paraguay para traer los grupos de rabinos en un vuelo chárter.
Aproximadamente 12 grupos de rabinos estarían en ese vuelo, que saldría de Tel Aviv el día 17 de mayo con destino a São Paulo y una posterior parada en la capital paraguaya de Asunción. Los procedimientos burocráticos causaron un retraso en la fecha, que ahora se estima para el día 31 de mayo.
Vale comentar que se requirió de intensas gestiones diplomáticas junto a los ministerios de Agricultura y de Salud, la Policía Federal y otras autoridades brasileñas para obtener el permiso excepcional para traer los grupos de rabinos en este momento de pandemia. La Asociación Brasileña de Exportadores de Carne (ABIEC), también, viene cumpliendo un papel primordial en esta iniciativa inédita.
Las autoridades brasileñas exigieron que estos rabinos sean sometidos a pruebas de laboratorio para el Covid-19. Además, como parte de estas exigencias, las empresas frigoríficas les exigirán cumplir con una cuarentena de dos semanas inmediatamente después de su arribo.
Todos tenemos grandes expectativas de que se cumpla este inmenso logro, en medio de una situación sin precedentes.
Por otra parte, de acuerdo con una fuente que forma parte del Superior Rabinato de Israel, estos retos han sido menores en Argentina. Se trata de un país que cuenta con la mayor comunidad judía de América Latina y con un importante número de plantas frigoríficas habilitadas para exportar carne kosher a Israel. En este caso, el Rabinato logró organizar cinco grupos de rabinos residentes en aquél país para empezar a producir carne kosher en cinco plantas frigoríficas.
Confío que, a partir del mes de junio, se normalicen las exportaciones de carne kosher a Israel provenientes de las plantas habilitadas de Mercosur.
Eso sí, tenemos que seguir todas las normas, cumplir con las leyes correspondientes y, lo más importante, echar adelante aún más nuestro pujante mercado de carne kosher.
20/05/2020